Marcha gay: ¡Saquen las sotanas, de nuestras camas!

MÉXICO, D.F., 6 de febrero.- Dos verdugos se pasean de la mano: la PGR y la Iglesia. Dos jóvenes con cucuruchos y túnicas blancas apuntan con crucifijos a los fotógrafos. En los carteles, un agente y un cura pintan de negro la bandera gay.
En la valla que impide el paso a Los Pinos dos jóvenes se besan, cachondos y burlones. “Mira, se les antoja”, expresa uno de los muchachos frente a los escudos antimotines de la policía, que silenciosa, escucha las consignas.
“¡Saquen los rosarios / de nuestros ovarios!”, “La homosexualidad no es un pecado, la homofobia sí”, “Saquen las sotanas / de nuestras camas”, “Provida / tu vida / no es mi vida”, “Para prevención / Calderón en un condón”.
Protestan, según ellos, para detener la homofobia que se ha institucionalizado desde el Estado. Protestan para detener la violencia de la PGR y la SEGOB. Protestan porque, dicen, no quieren vivir en una época de “neoscurantismo”.
Al presidente le regalaron una Constitución, sin antes asentar que en ella no existe una definición de matrimonio. A los reclamos se suman las cartulinas en las vallas: “Calderón: la Biblia no es la Constitución”.
Ema y Janiz tienen una hija de cinco años. Se llama Gala. Las tres agitan un arco iris al nivel de los señalamientos viales. Marchan --hacia Los Pinos-- en busca del reconocimiento legal, de servicios médicos adecuados. Ante la ley, la madre de Gala es Ema. Ante la ley, Janiz es una desconocida a pesar de que hace las mismas funciones.
Su madre confiesa que en las escuelas acosan más a los niños por ser gorditos que porque tengan una familia homosexual. Incluso, las maestras le piden material didáctico para explicar lo que son las familias diversas.
Sergio García Abundis, tiene 50 años, y presume ser uno de los pioneros del movimiento gay en México. Tiene una fascinación por el activismo y asegura que vivió la época en la que el jefe de la policía hacía “racias” en los barrios.
Y aunque festeja la apertura, dice que esta no es sincera y ejemplifica: los dueños de los antros se dan cuenta de que es buen mercado porque no tienen hijos. Dicen “estos maricones me dejan mucho dinero y tengo que tratarlos bien”. “Es una pena que se discutan aún estos temas”, apostilla resignado.
Daniel (28) e Iván (24) se conocieron bailando en uno de los antros de moda entre la comunidad gay. Hace dos años se juraron amor eterno y se regalaron un anillo de compromiso. Daniel piensa que en México el tema de la homosexualidad debería ser superado; también tiene miedo de los crímenes de odio y la represión.
—¿Se casarán?—se les cuestiona.
—Sí, lo ideal sería que fuera aquí (en el D.F.), pero Canadá es una opción.
—¿Adoptarán niños?
—No creo, pero hemos pensado en conseguir una madre sustituta, pero aún a muchos nos les cae el veinte y piensan que con la ley vamos a correr a casarnos.
Detrás de ellos una manta ironiza: “Los homosexuales también tenemos derecho a ser infelices. Sí al matrimonio entre personas”.
Los asistentes acusan al gobierno federal de ser cómplices de la iglesia católica, según ellos, “pederasta y homofóbica”. Algunos gritan consignas de muerte para el procurador Arturo Chávez Chávez y otros sugieren que Calderón debería desaparecer del firmamento político.
Producto de una mentalidad obtusa, según un manifestante, el recurso de inconstitucionalidad es un error. “Es un absurdo que no les quieran dar el derecho de casarse por defender un arquetipo familiar descompuesto desde hace muchos años.  Los retos de una familia gay son los mismos que en una familia heterosexual”.
Entre las volutas de reclamos a Felipe Calderón y Arturo Chávez Chávez. El 27 de enero, la PGR se encargó de poner una piedra en el apéndice de una ley que esperó mucho tiempo para ser aprobada.
A través de un comunicado, la PGR señaló que la reforma a los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal —que regulan las figuras del matrimonio y la adopción, respectivamente—, violan los artículos 4, 14,16 y 133 constitucionales.
Si los antagonistas de la tarde pierden su recurso ante la corte, como en abril de 2007, en contra de la despenalización total del aborto en la Ciudad de México, la reforma que permite a personas del mismo sexo casarse y adoptar hijos, entrará en vigor el próximo 16 de marzo, de acuerdo con el decreto publicado a finales del año pasado por el Gobierno del Distrito Federal en la Gaceta Oficial.
Dos hombres se pasean de la mano sobre avenida Reforma. Se pellizcan discretamente el trasero. Le dan una moneda a un mimo depresivo que no se mueve. Que no dice nada. Que los desprecia. Que los humilla.